Aunque nunca hayas tenido gato, seguro que sabes que la alimentación no puede ser la misma en cada una de las etapas de la vida del animal. Como hospital veterinario en Móstoles y como expertos en medicina felina queremos ir distinguiendo, fase por fase, qué tipo de alimento dar a nuestros felinos. 

Empezamos por algo que requiere de una gran dosis de responsabilidad y ciertos conocimientos. Nos referimos al hecho de recoger y criar a un gato recién nacido. Si tiene menos de tres semanas solo le podrás dar leche. Pero no de vaca, sino una específicamente formulada para ellos. En la Clínica Veterinaria Puerta del Sur te diremos cuál. Esta leche de sustitución les procura todos los componentes necesarios para su desarrollo (proteínas, ácidos grasos esenciales, minerales, oligoelementos, vitaminas. etc.). Se lo daremos con un biberón especial para animales o incluso con un dosificador que nos permita ir gota a gota.

Hacia las tres o cuatro semanas de vida podremos empezar a darle algo de alimento sólido. Date cuenta de que, si están con su madre, suelen mamar hasta las 6-8 semanas de vida. 

Entre las 8 semanas de vida y los 12 meses, los gatos deben recibir una alimentación acorde a su rápido ritmo de crecimiento. Hacia los seis meses necesitan unas 120-150 kcal/kg. Al cumplir el año, disminuirán a unas 80-90 aproximadamente. Siempre en función de su actividad.

Recuerda que los gatos son animales estrictamente carnívoros que en todas las etapas de su vida necesitan proteínas y grasas de origen animal además de taurina, aminoácido esencial e imprescindible para su salud. 

Cómo alimentar a un gato adulto

Todo dependerá de su actividad. Recuerda que un gato obeso tendrá seguro problemas de salud. Es clave distinguir entre los gatos que tienen acceso al exterior y los que llevan una vida más sedentaria en el hogar. Estos últimos necesitan menos calorías, pues de forma habitual hacen menos ejercicio.

En los gatos con obesidad hay que seguir una dieta concreta para bajar de peso, no siendo suficiente con la «alimentación light» y siempre bajo control veterinario. Si además nuestro gato padece una enfermedad hay que ajustar la alimentación. Por ejemplo, hay productos específicos para evitar bolas de pelo, para gatos con enfermedad renal o hepática, con alergias o patologías cardíacas. 


A partir de los 8-9 años hablamos de gatos geriátricos, y las necesidades nutricionales de nuestra mascota cambiarán también. Por ello es muy importante que ajustemos la ración diaria de alimento no solo en función del peso, sino bajo criterios veterinarios según su modo de vida, etapa de esta misma o problemas específicos.